martes, 2 de agosto de 2016

LA VERDADERA RAZÓN DE LOS PROBLEMAS CONYUGALES



Mucha tinta ha corrido y un sinfín de libros se han escrito respecto a las problemáticas que tienen las parejas.
 
Sin embargo, solamente se ha tratado y trabajado en la superficie del asunto. Nos hemos estancado en la personalidad de los individuos componentes de la pareja y hemos dejado de lado las raíces de la cuestión, tal vez porque no caímos en cuenta o por comodidad, no hemos querido penetrar en la oscura profundidad de las verdaderas razones de esta especie de lucha que se lleva a cabo, velada y abiertamente en la mayoría de los hogares del planeta, perjudicando a los actores y espectadores por igual, y más aún, dejando una estela de resentimientos, frustraciones, engramas y vacíos en quienes les rodean.

La “culpa” de las desagradables vivencias conyugales es muy simple, ha estado frente a nuestros ojos toda la vida y, seguramente por ser tan común, tan grande, la pasamos por alto, de la misma manera que sucede con las maravillas y grandezas del planeta que habitamos y con la misma filosofía. Es decir; contaminarlo, explotarlo, destruirlo antes que conservarlo.

La razón de todas las diferencias, son exactamente las profundas diferencias (aunque suene redundante), que existen no solamente entre marido y mujer, sino; entre el hombre y la mujer.  Podría afirmar que el parecido entre la una y el otro, es exactamente igual a el que existe entre un colibrí y un cocodrilo (ambos empiezan por co).
Estas diferencias son estructurales. Es decir; psicológicas, perceptivas, emocionales, sentimentales, sexuales y sociológicas. Cuando en la consulta mis clientes conocen y reconocen estas diferencias, entran en una especie de catarsis que les motiva a conocer profundamente cada uno de ellas, hasta entender que realmente, cada uno de ellos -la pareja- es completamente inocente de los disparates cometidos durante el tiempo que desconocían los verdaderos patrones de su comportamiento. Al ayudarles a contemplarse en el mágico espejo de sí mismos, comprenden que nada está perdido, que simplemente es tiempo de recomenzar, renovar votos e iniciar una nueva vida, en pos de la verdadera y única felicidad, La que se logra de manera libre, voluntaria e individualmente y se irradia al hogar, a la familia y a los confines del Universo sin esfuerzo alguno.

Fraternalmente,

Jorge Enrique



  

1 comentario:

  1. En pocas palabras este escrito expresa claramente el origen de los conflictos que la mayoria de los hogares de todo el mundo han tenido que vivir. Las parejas al desconocer sus diferencias y los origenes de sus engramas, no han podido corregir ni sanar sus relaciones. Creando brechas que cada vez es imposible de superar.

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