sábado, 20 de agosto de 2016

DEL ROMPIMIENTO AL DIVORCIO

El solo título, ya lo dice todo.
Un rompimiento que generalmente termina en divorcio es eso. Ruptura.  Una ruptura de relaciones, ensueños, fantasías, expectativas, objetivos.

Todos los involucrados sufren por ello, llegando al final de un ciclo que determina con claridad, que los adultos del grupo, no pudimos arreglar sus entuertos y diferencias, porque no sabíamos cómo.

¡Esta situación es la que inspiró lo escrito en este libro! Señalar el lugar donde se encuentran los “contaminantes” y las sugerencias para eliminarlos.

El divorcio no sólo revela falta de recursos humanos -madurez y buena voluntad de ambos- para lidiar con las diferencias y problemas que se presentaban, si no; que es el indicio, la pista fehaciente de la falta de Conocimiento respecto a la pareja, la falta de tiempo para investigar, corroborar lo investigado, someter a diferentes tipos de pruebas al candidato/candidata a cónyuge, tratar las diferencias y planificar como se tratan estos, comprobar la empatía sexual, es decir, estar seguros de que ambos alcanzan el clímax, asistir a un consejero para aprender la manera como se manejan los conflictos; una vez hecho y más, decidir la conveniencia de dar el siguiente paso y, una vez determinado, contraer matrimonio.  La idea no es casarte para improvisar, sino para triunfar.
Cuando hablamos de matrimonio, es indispensable mirar hacia Suecia, en donde las parejas con deseos de casarse, conviven uno o dos años, con la condición mutua de no tener hijos durante ese periodo y se aseguran de que en realidad su compañera o compañero sea el cónyuge ideal.
¡Inmoral gritarán “los demás”!  Es decir que prefieren ver a su hija con dos o tres hijos de diferente padre, como madre soltera o, en un hogar infernal, lo cual no solo es verdaderamente inmoral si no; aberrante y maquiavélico. La “prueba” de amor igual la obtienen ambos sin que se den cuenta los padres de ninguno, aunque todos lo imaginan. Entonces, ¿por qué no permitir una convivencia que les permita conocer sus virtudes y defectos, aprendan a lidiar con ellos, de manera propia o con ayuda profesional, a cambio de ser cómplices y encubridores del fracaso?  De nuevo la inmadurez flota en el ambiente como la nata sobre la leche.

En definitiva el divorcio marca, crea una herida difícil de sanar especialmente para los hijos y los estigmatiza por el resto de su vida con un nuevo engrama.  De forma tal que, son candidatos casi seguros para divorciarse de sus parejas por álceme estas pajas. Aquí podemos apreciar cómo, cada uno de nosotros carga con una cantidad de estos engramas y la manera que aparecen como fantasmas en nuestras vidas, en el momento que menos se espera.

Más que eso, debemos saber que en consulta, la mayoría de las personas, hombres y mujeres, se duelen de haberse divorciado y confiesan guardar ¡“algo” especial por su ex cónyuge! Es más diciente y notorio este sentimiento, cuando el odio es lo que llena el corazón de la persona.  Ese odio nace de la frustración, del dolor de haber roto las relaciones con alguien que amaba.

Cada quien deberemos buscar profundas razones  y alternativas, antes de dar este gigantesco y negativo paso y usar exhaustivamente su sentido común antes de ver “hundido el barco” de nuestros ensueños.

Fraternalmente,

Jorge Enrique

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